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Georgiana, Duquesa de Devonshire
En esta nueva entrada os voy a hablar de una película biográfica, La Duquesa, un film inglés del 2008 protagonizado por Keira Knightley y Ralph Fiennes. Para quien no haya visto la película, trata sobre Georgiana Spencer, duquesa de Devonshire. Georgiana no sólo fue la mujer del momento en la sociedad inglesa de la segunda mitad del siglo XVIII, sino que también sobresalió en política y moda, temas que lamentablemente no se ven reflejados en el film, basado principalmente en su peculiar vida amorosa. Pero antes de hablar de todo ello, vamos a ver quién era Georgiana.
Georgiana Spencer, primogénita de los condes Spencer, nació el 7 de junio de 1757. Tuvo una excelente educación; tal y como dice su madre al principio del film sabía francés, latín, italiano, danza y equitación entre otras disciplinas. Pero, como deja claro un par de veces en la película la propia duquesa, fue educada para agradar a los demás, especialmente a sus padres. Georgiana se casó con el quinto duque de Devonshire, perteneciente a la segunda familia más importante de Inglaterra, principalmente para agradar a sus padres y autoconvenciéndose de su amor por William.
Muchos de los que hayáis visto el film os preguntareis si realmente el duque era tal y como lo representa Ralph Fiennes. La respuesta es sí, la inexpresividad de Fiennes va como anillo al dedo para este papel. No obstante, Georgiana confiaba que en privado el duque sería una persona amable y encantadora al estilo de su padre. Por el contrario, William era todo lo que se veía de él. Nathaniel Wraxall lo describió de la siguiente forma: “La apatía constitucional era la característica que lo distinguía. Era alto y varonil, pero su porte no era vigoroso ni elegante, y sus modales siempre eran calmos e imperturbables. Parecía incapaz de tener emociones intensas y desprovisto de toda energía o actividad mental.” (FOREMAN, 1998: 17)
Sin embargo, la boda se celebró el 7 de junio de 1774, dos días antes de la fecha oficial. Todo esto explica porque en el film, en el momento de la boda, hay poquísimas personas, algo sorprendente teniendo en cuenta que eran miembros de las familias más importantes del país. Esto fue decisión del duque para evitar la multitud. (FOREMAN, 1998: 21) Lamentablemente, Georgiana por aquel entonces desconocía que su nuevo marido ya tenía una hija bastarda, Charlotte.
Todo lo demás relacionado con su vida amorosa ya lo podéis ver en el film, así que quisiera dar algunas pequeñas pinceladas en relación a su vida política y con el mundo de la moda.
Las familias pudientes de la época debían mantener un distrito electoral que les fuera fiel, puesto que formaba parte del patrimonio familiar. (FOREMAN, 1998: 30) Pero los nobles no podían participar personalmente en las campañas políticas, así que sus esposas y familiares intercedían por ellos. Esto es lo que hacía Georgiana, y muy bien. La temporada social que nombra Keira Knightley en el film servía no sólo para el mercado matrimonial, sino también para entretener a los aristócratas mientras desempeñaban sus obligaciones políticas. Esta temporada social seguía el ritmo del parlamento, es decir, empezaba en octubre y terminaba en junio. (FOREMAN, 1998: 34-35)
El interés de Georgiana por la política coincidió con un año desastroso para los whigs: 1776 y la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Los whigs respaldaban a los colonos, hecho que provocó acusaciones de traición sobre los intereses del país, especialmente después de la entrada de Francia en el conflicto armado (FOREMAN, 1998: 66-67). Fue en este contexto y una vez Charles Fox llegó a ser secretario de asuntos exteriores, cuando se le pidió a Georgiana que apareciera en público junto a una delegación de mujeres para darles más popularidad. Y así fue, el 3 de abril de 1780 la duquesa realizó su primer cometido oficial para el partido. (FOREMAN, 1998: 99)
Otro elemento que vemos en el film, es la pasión que tenía Georgiana por la moda y por llamar la atención. Diseñaba muchos de sus propios vestidos y muy pronto acabó eclipsando a su marido. Como dice Amanda Foreman, “La moda era la única “carrera” a la que podían optar las mujeres aristócratas; la política, la única “profesión” apta para un hombre de buena posición” (FOREMAN, 1998: 48). Este mismo concepto lo intenta explicar Keira Knightley a Ralph Fiennes cuando la desnuda por primera vez. Sin embargo, los amigos más cercanos a Georgiana hacían ambas cosas independientemente de su sexo, igual que la duquesa.
Me gustaría nombrar a una de las amistades quizás más famosas que pudo tener la duquesa en aquella época. Durante el primer período del matrimonio, después del primer aborto, los Spencer y los Devonshire decidieron tomarse unas vacaciones en Spa. En su regreso pasaron por Versalles a rendir homenaje a Luís XIV. A raíz de esta visita María Antonieta y la duquesa empezaron una gran amistad que duró hasta la ejecución de la reina de Francia (FOREMAN, 1998: 42). Todos conocemos la fama de María Antonieta y podemos decir que, en cierto sentido, eran dos mujeres bastante semejantes.
A modo de curiosidad, especialmente este año con el estreno del film protagonizado por Naomi Watts, Diana, Georgiana es la antecesora de Lady Di. En el film, cuando la duquesa es presentada ante el público, dicen algo parecido a las palabras de Louis Dutens, un diplomático francés: “Cuando aparecía todas las miradas se posaban en ella; cuando estaba ausente, era el tema de todas las conversaciones” (FOREMAN, 1998: 3). Estas palabras encajan bastante en la figura de Lady Di, una de las mujeres más famosas en la sociedad inglesa contemporánea.
Para terminar quería dejaros un pequeño escrito de Georgiana que he encontrado interesante y espero que os agrade:
«Rara vez llegamos a conocer el verdadero origen de los acontecimientos. Pero cuando lo hacemos, se nos hacen particularmente instructivos e interesantes… las acciones más destacadas tienen a menudo su origen en las intrigas de una mujer bella o un hombre elegante y, sin duda, mientras su recuerdo es instructivo porque arroja luz sobre las maquinaciones secretas de la mente humana, también son novelables por su interés… Si algunas personas escribieran los eventos que han presenciado… el sentido de una época se transmitiría a la siguiente con claridad y fidelidad; el lector ocioso tendría así una perspectiva interesante de los usos de su país… ojalá lo hubiera hecho yo; desperté al mundo a los diecisiete y ahora tengo veinticinco. En estos ocho años he estado en el mismo meollo de la acción… he presenciado el ascenso de partidos y su caída, la unión de amigos y su desunión, los lazos del amor dar paso al capricho, al interés y a la vanidad…» (FOREMAN, 1998: 101)
Bibliografía
- FOREMAN, Amanda. Georgiana, Duquesa de Devonshire. Barcelona: Omega, 1998.